La muerte ayer de un ciudadano polaco de 40 años en Canadá ha consternado a la opinión publica en general, y a todos los que alguna vez que otra viajamos en avión en particular.
Robert Dziedanski, que así se llamaba el hombre, iba a Canadá para visitar a su madre, pero cometió un error, no sabia ni inglés ni francés. Ese fue su error, no entender a la policía, cuando realmente un policía de aduanas tendría que ser el que le entendiera a él, que para eso trabaja en un aeropuerto. Entre cuatro agentes, los cuales le dispararon descargas con sus pistolas eléctricas, lo redujeron, y trataron de reanimarle al ver el abuso que habían cometido, pero fue tarde
La muerte de Robert ha sido vista en todo el mundo gracias a las cámaras de seguridad y alguna otra más. Gracias a ellas hemos sido capaces de ver la crueldad y poca humanidad del cuerpo policial canadiense, no muy lejos de los cuerpos españoles, ante un turista nervioso por estar encerrado varias horas sin saber el motivo ni poder comunicarse con nadie. Ese fue su delito, no saber ingles, y estar nervioso al ser retenido...tss.
Ahora en España y en el mundo se abre el debate de las pistolas eléctricas, que si no se cuantos muertos en USA y Canadá en los últimos años, que si el uso por parte de la policía municipal en algún que otro pueblo, que si el acceso por Internet a ellas es sencillo...,cuando lo que se tendría que debatir es si la policía cumple con rigurosos controles psicológicos que aseguran que sus agentes están realmente capacitados para asumir situaciones tensas y saber afrontarlas como les indica su placa.
Aun recuerdo cuando hace un par de semanas, en Carranza, un joven aficionado del Xerez, nos preguntaba con lagrimas en los ojos:"¿Qué hago, a quién denuncio?", cuando acababa de recibir el duro y frío garrotazo de un anti-disturbio. Asi es la ley, o así la vemos gracias a quienes las hacen cumplir, que no son todos, pero son los que más suenan.
Bye bye
Robert Dziedanski, que así se llamaba el hombre, iba a Canadá para visitar a su madre, pero cometió un error, no sabia ni inglés ni francés. Ese fue su error, no entender a la policía, cuando realmente un policía de aduanas tendría que ser el que le entendiera a él, que para eso trabaja en un aeropuerto. Entre cuatro agentes, los cuales le dispararon descargas con sus pistolas eléctricas, lo redujeron, y trataron de reanimarle al ver el abuso que habían cometido, pero fue tarde
La muerte de Robert ha sido vista en todo el mundo gracias a las cámaras de seguridad y alguna otra más. Gracias a ellas hemos sido capaces de ver la crueldad y poca humanidad del cuerpo policial canadiense, no muy lejos de los cuerpos españoles, ante un turista nervioso por estar encerrado varias horas sin saber el motivo ni poder comunicarse con nadie. Ese fue su delito, no saber ingles, y estar nervioso al ser retenido...tss.
Ahora en España y en el mundo se abre el debate de las pistolas eléctricas, que si no se cuantos muertos en USA y Canadá en los últimos años, que si el uso por parte de la policía municipal en algún que otro pueblo, que si el acceso por Internet a ellas es sencillo...,cuando lo que se tendría que debatir es si la policía cumple con rigurosos controles psicológicos que aseguran que sus agentes están realmente capacitados para asumir situaciones tensas y saber afrontarlas como les indica su placa.
Aun recuerdo cuando hace un par de semanas, en Carranza, un joven aficionado del Xerez, nos preguntaba con lagrimas en los ojos:"¿Qué hago, a quién denuncio?", cuando acababa de recibir el duro y frío garrotazo de un anti-disturbio. Asi es la ley, o así la vemos gracias a quienes las hacen cumplir, que no son todos, pero son los que más suenan.
Bye bye