"... y de repente (el toro) miró hacia mí. Con la inocencia de todos los animales reflejada en los ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad..."
Esto lo dijo hace cerca de 20 años Antonio Gala, y lo he leído en uno de esos tipicos mails que , siempre me niego a abrir, pero hoy fue distinto. Yo también he visto eso, he tenido ese sentimiento y en aquel momento, me sentí triste, apagado, algo en mí se volvió negro, o quizás despertó no lo sé, nunca lo llegué a entender; me sentí como aquel que asiste a la muerte de los hombres y se muestra impasible, indolente. Es horrible pensar lo que les hacemos a los animales, que ya de por sí han de padecer al verse desplazados de sus habitats naturales, de lo que la naturaleza les otorgó.
No hablo sólo de las corridas, también de la caza del zorro, los abrigos de pieles o de la crueldad al acabar con la vida de lo que llamamos ganado doméstico.
No seamos así, por Dios, así no.
Esto lo dijo hace cerca de 20 años Antonio Gala, y lo he leído en uno de esos tipicos mails que , siempre me niego a abrir, pero hoy fue distinto. Yo también he visto eso, he tenido ese sentimiento y en aquel momento, me sentí triste, apagado, algo en mí se volvió negro, o quizás despertó no lo sé, nunca lo llegué a entender; me sentí como aquel que asiste a la muerte de los hombres y se muestra impasible, indolente. Es horrible pensar lo que les hacemos a los animales, que ya de por sí han de padecer al verse desplazados de sus habitats naturales, de lo que la naturaleza les otorgó.
No hablo sólo de las corridas, también de la caza del zorro, los abrigos de pieles o de la crueldad al acabar con la vida de lo que llamamos ganado doméstico.
No seamos así, por Dios, así no.