El mundo está loco. Ya no solo hemos perdido valores básicos como el respeto a los mayores, la limpieza de las calles o la educación sino que hemos dado un paso más, los que menos culpa tienen, los que no se pueden valer de sí mismos, los minusvalidos.
La noticia la he leído hoy en algún blog y habla de que dos jóvenes Australianos de 15 y 16 años se acercaron a un joven Canadiense en silla de ruedas en un ascensor y empezaron a darle puñetazos, patadas, e incluso golpes con una barra de hierro, dejándole con conmoción cerebral. Escalofriante.
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